Milton Eliecer Castro, un ex taekwondista barranquillero de 48 años, ha dedicado gran parte de su vida al deporte, alcanzando logros significativos como 25 títulos nacionales y dos medallas de bronce en los Juegos Panamericanos. Sin embargo, su mayor hazaña fue ganar la Copa Mundial de Taekwondo en Corea del Sur en el año 2000, además de ser semifinalista en los Juegos Olímpicos de Sídney del mismo año. A pesar de sus triunfos, Castro enfrenta una lucha fuera del tatami: el reconocimiento por parte del gobierno colombiano para ingresar al programa "Gloria del deporte" y recibir una pensión vitalicia que le permita enfrentar su enfermedad con dignidad.
Negativa del Ministerio del Deporte de Colombia en reconocer la Copa Mundial de Taekwondo como un campeonato mundial
Hace quince años, la vida de Castro dio un giro inesperado cuando le diagnosticaron Glomerulonefritis membranoproliferativa, una enfermedad renal crónica que afecta la capacidad de los riñones para filtrar desechos del cuerpo. Esta condición no tiene cura y requiere de tratamientos constantes como la diálisis para mantenerse con vida. La severidad de su enfermedad ha llevado a Castro a buscar apoyo del Estado para poder acceder a los recursos necesarios para su tratamiento.
El principal obstáculo que enfrenta Castro es la negativa del Ministerio del Deporte de Colombia en reconocer la Copa Mundial de Taekwondo como un campeonato mundial, a pesar de ser avalado por la Federación Colombiana de Taekwondo. Esta discrepancia burocrática priva a Castro del derecho a una pensión vitalicia que le correspondería como campeón mundial, un beneficio económico crucial para su supervivencia.
Castro también lamenta que el reglamento de los Juegos Olímpicos no hubiera cambiado antes, ya que actualmente se otorgan dos medallas de bronce en taekwondo, lo cual le habría garantizado una medalla de bronce en sus tiempos de competencia y, con ello, el acceso a la pensión vitalicia sin tener que luchar por su reconocimiento.
En un gran reportaje hecho por Infobae, se asegura que la falta de apoyo no es nueva para Castro. Recuerda la ausencia de respaldo del Gobierno nacional cuando no pudo participar en los Juegos Olímpicos de 2004 por falta de apoyo. Esta situación se repite ahora en su lucha por su salud y bienestar.
Actualmente, Milton Eliecer Castro se encuentra desempleado y en una situación económica precaria, lo que agrava su condición de salud. La necesidad de asistir a tratamiento médico tres veces por semana y la posibilidad de un trasplante de riñón, que parece lejana debido a su estatura, lo sitúan en una encrucijada de desesperación y búsqueda de soluciones.
Un trasplante de riñón podría ser una solución viable para su condición, pero las posibilidades de encontrar un donante compatible son mínimas en Colombia, dada su altura de 1.90 metros. Esta realidad añade una capa más de dificultad a su ya compleja situación.
Castro ha contemplado la posibilidad de migrar ilegalmente a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de tratamiento
Ante la adversidad y la falta de apoyo, Castro ha contemplado la posibilidad de migrar ilegalmente a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de tratamiento. Sin embargo, su condición de salud y el riesgo que implica tal viaje lo mantienen en una constante indecisión.
Castro hace un llamado emocionante a los dirigentes deportivos, al Comité Olímpico, al Ministerio del Deporte, a senadores y políticos, y a la sociedad en general, para que se pongan "la mano en el corazón" y revisen su caso con empatía y justicia. Su vida depende de la ayuda que pueda recibir y de la voluntad política para cambiar su situación.
Con una voz que refleja tanto su desesperación como su esperanza, Milton Eliecer Castro pide a las autoridades y a la comunidad que consideren su caso no solo como un número más, sino como la vida de un ser humano que ha representado a su país con honor y que ahora necesita del apoyo que una vez brindó a Colombia a través de sus logros deportivos.
