Un caos absoluto se vivió el pasado sábado 2 de diciembre en el transcurso del juego entre Deportivo Cali y Atlético Junior en compromiso válido por la fecha 5 de cuadrangulares semifinales de la Liga BetPlay. Al minuto 75 y, tras una acción invalidada por el juez central, varios aficionados incursionaron al terreno de juego con el fin de mostrar su descontento con la actuación del árbitro del juego y con los pasajes adversos por los que atraviesa la institución Aziucarera.
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Las imágenes son elocuentes y el nivel de tolerancia de algunos hinchas caleños parece haberse agotado. Lo cierto es que el Cali no consiguió nada importante en 2023 y la fanaticada está solicitando cambios estructurales medio de una crisis administrativa profunda.
Y es que, el enfrentamiento entre Deportivo Cali y Atlético Junior quedó envuelto en un manto de caos al minuto 75, cuando la falta de garantías en el terreno de juego obligó a suspender el compromiso.
De acuerdo con los informes entregados por veedores del juego y por el juez central, al menos tres hinchas invadieron el campo, arrojando botellas y monedas hacia los hombres que impartieron justicia, encabezados por David Espinosa, quien, después de suspender el encuentro por varios minutos, determinó dar por finalizado el encuentro deportivo, el cual, muy poco tuvo de esto último.
¿Se viene algún tipo de sanción para el Deportivo Cali?
Lamentablemente en el Deportivo Cali, como sucede en muchas partes del mundo, los actos de algunos aficionados que llegan a los estadios a generar afectaciones en el libre desarrollo de los partidos, afectan al club y no al individuo que causó el daño.
En un alto grado de probabilidad, a la escuadra Azucarera le tocará disputar algunos juegos a puertas cerradas o, la Dimayor también podría establecer cierres en determinadas tribunas.
De acuerdo con lo estipulado en el artículo 84 del Código Disciplinario Único de la Federación Colombiana de Fútbol, los estadios donde se invade el campo podrían ser suspendidos de “dos a cuatro fechas”. Esto implica que el club local podría ver su escenario deportivo suspendido por al menos dos fechas, e incluso enfrentarse a un castigo más severo de cuatro compromisos. Esto dependerá del análisis que adelanta la comisión de sanciones de la Dimayor.
“Cuando el público invada la cancha se sancionará al club local con suspensión de la plaza de una (1) a tres (3) fechas. Si como consecuencia de la invasión se retardara o impidiera el normal desarrollo del partido, la suspensión será de dos (2) a cuatro (4) fechas”, estipula el mencionado reglamento.
El caos desatado en el enfrentamiento entre Deportivo Cali y Atlético Junior no solo deja una marca negra en el deporte, sino que también plantea preguntas sobre la seguridad en los estadios y la responsabilidad compartida en la preservación de un fútbol apasionado, pero pacífico.
