El exfutbolista Dani Alves, recluido en la cárcel de Brians 2 en Barcelona, España, mientras espera el veredicto del caso en el que fue acusado por un joven de abuso sexual en una discoteca en la ciudad catalana en el año 2022.
El centro penitenciario tiene bajo rígidas normas de vigilancia a el brasileño, por una posibilidad de suicidio. La prisión ha aumentado sus medidas de seguridad debido a que el exfutbolista no se encuentra en sus mejores condiciones anímicas.
Un recluso, compañero del brasileño en prisión, declaro el estado por el cual estaría pasando el exfutbolista:
“Se han tomado medidas extremas. A raíz del juicio le ha pegado el bajón. Como deprimido, cabizbajo. Los educadores y funcionarios como arropándolo. Por miedo de que se cortará o se intentará hacer alguna locura o historias de esas. Estuvo con ese protocolo al día siguiente del juicio”.
Protocolos de la prisión
El centro penitenciario adopto tres medidas principales velando por la seguridad y el bienestar del exfutbolista brasileño:
- Evaluación de riesgo
- Medidas de seguridad
- Programas de apoyo
A partir de esto aumentado el control de vigilancia donde se verifique detalladamente el acceso de objetos peligroso donde el interno se pueda provocar daños en su bienestar.
El centro penitenciario además le brindara el apoyo para los presos con una terapia individual, involucrándolo en diferentes actividades de lúdicas y de apoyo emocional, para que se pueda distraer y no logre haber espacio para analizar malos pensamientos donde pueda atentar con el mismo, uniéndolo a un grupo denominado autoayuda para que pueda acceder a un apoyo psiquiátrico en caso que el interno vea necesario.