Del 8 al 14 de abril se disputará la final de los Juegos Intercolegiados Regional Centro-Oriente y una de las representantes de Bogotá, en el fútbol juvenil es Danna Sofía, una niña que no sólo llama la atención por su talento sino por su historia.
Danna Sofía empezó a practicar fútbol gracias a su mamá y unos conocidos, quienes la llevaron a conocer su escuela, una opción fundamental para su vida, ya que los lugares disponibles de aprendizaje tenían pensiones que no bajaban de los $100.000.
Todo por devolverle a su madre lo que hace por ella
Su mamá es madre soltera y trabajadora informal. Desde las 4:00 a.m. trabaja en los buses vendiendo limas, estuches, curas, etc. Además de ella, su familia la compone su hermano de 17 años.
Asegura que de los momentos más bonitos que vive junto a su mamá y hermano en familia es cuando juega fútbol o ven un partido, porque a través de su participación en el juego comparten importantes momentos y emociones. Danna Sofía espera que a través de este deporte pueda convertirse en una promesa y cambiar las posibilidades económicas para su mamá y hermano.
Entre sus logros más importantes destaca el pertenecer a la Selección Bogotá. Se siente muy orgullosa de ser una mujer que practica fútbol, donde el machismo estigma la participación de la mujer como ‘machorra’ o lesbiana. Asegura que es todo lo contrario, lo hace por convicción, porque en este deporte ve la oportunidad de ayudar a su familia, incluso de comprarles su propia casa.
Entre sus sueños por cumplir está el formar parte de la Selección Colombia. Sobre este torneo, espera traer el triunfo para la capital, donde dará lo mejor de sí misma.
