El fútbol es un deporte que mueve pasiones y que se apodera de estados de ánimo. Lo que despierta este deporte, en ocasiones, provoca un sinfín de reacciones entre sus seguidores y forma parte de un estilo de vida de quienes sufren y celebran con los resultados de su equipo. Sin embargo, pocas veces historias tan conmovedoras y desgarradoras se sustentan en el denominado ‘deporte rey’, para salir a flote. Ese fue el caso de Sebastián Pamplona, hincha del DIM que tuvo el placer de alentar a su equipo por última vez.
Aunque Medellín no pudo ganar, Sebastián obtuvo su mejor regalo
El sábado pasado, en el emblemático estadio Atanasio Girardot de la capital antioqueña, se vivió un momento que conmovió a miles de personas. El encuentro entre el Independiente Medellín e Independiente Santa Fe no fue uno más para un personaje muy especial que acompañó las acciones desde la planta baja del escenario deportivo. Una manifestación de amor y pasión en su máxima expresión fue experimentada por este fiel hincha del ‘poderoso de la montaña’ cuyo único deseo fue ver al club de sus amores por última vez, antes de dejar de existir.
Mientras los hinchas gritaban y coreaban los nombres de los jugadores desde las graderías, junto al terreno de juego Sebastián, apoyaba con todas sus fuerzas y con el poco aliento que le quedaba a ese equipo con el cual soñó durante toda su vida.
Claro, para él, lo menos importante fue el resultado, lo verdaderamente representativo consistió en vivir el momento, apreciar cada segundo de los 90 minutos que, para él, al menos por ese instante, fueron eternos. Antes de enfrentar la eutanasia, este valiente y ‘poderoso’ aficionado cumplió su último anhelo y celebró justamente, como si no hubiera un mañana.
Luego de asistir a su último juego, Sebastián recibió la eutanasia
La imagen de Sebastián, entregado por completo a su pasión futbolística, se viralizó rápidamente en las plataformas digitales, gracias a la publicación de @amoaldim2. La historia de este hincha devoto recordó a todos que el fútbol trasciende más allá de lo que sucede en el terreno de juego; es un vínculo que une a comunidades y se convierte en una parte esencial de muchas vidas.
La valentía de Sebastián para asistir al estadio, a pesar de estar luchando contra una enfermedad terminal, dejó una huella imborrable en el corazón de los aficionados del DIM. Su amor incondicional por el rojo de Antioquia fue evidente en cada gesto y palabra, inspirando a todos a vivir cada momento con intensidad y pasión, incluso en las circunstancias más adversas.
Aunque Sebastián haya partido, su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron el privilegio de presenciar su amor desbordante por el equipo.
Gritando rojo te quiero voy a morir 🎵 Y lo cumplió. 😭😭😭
La despedida del hincha del DIM me quema, me duele y me lastima. pic.twitter.com/wJv8jg86CU
— The League + 🏆🌎 (@LeagueOfi) February 13, 2024