El 2023 quedará marcado en los libros de historia al presenciar otro gran repunte del fútbol femenino colombiano, puesto que estas mujeres nuevamente le demostraron a un país sus altas capacidades deportivas.
La final de los récords entre Santa Fe y el América, la espléndida actuación de Colombia en el mundial de Australia-Nueva Zelanda o la excelente presentación de una naciente Selección Sub-17 son tan solo la punta del iceberg de un año demasiado dulce.
Los grandes fichajes y los eminentes rendimientos
La cita mundialista abrió el panorama internacional y colocó a la ‘Tricolor’ en el ojo del huracán mediático al romper las barreras de grandes equipos, pues Ana María ‘La Mona’ Guzmán, Jorelyn Carabali y múltiples futbolistas migraron al viejo continente.
No obstante, la cofundadora del club Formas Íntimas Femenina, Liliana Zapata, habla de no quedarse solo en los excelsos fichajes de 4 o 5 jugadores a escuadras europeas, sino también en mejorar desde adentro el nivel para demostrar todo el trabajo hecho por los clubes, aficionados, jugadoras y familias durante tanto tiempo.
Los dirigentes deben ser conscientes que en sus manos se encuentra la profesión de las encargadas de entregar glorias al país, además afirma que “estamos aquí hace muchos años pidiendo un espacio, además yo ya no pediría equidad, inclusión o igualdad, pues esto ya es un tema de justicia y dignidad”.
Luisa Lara, jugadora de la UCV de Perú, asevera que las garantías económicas deben avanzar a la par de los logros obtenidos y más al apreciar el nivel extraordinario del país cafetero “por encima de muchos países que cuentan con una liga más completa”.
Así como Lara ha logrado un buen rendimiento en la liga peruana, también existen grandes personalidades que han dejado la bandera de Colombia en lo más alto al ser conmemoradas con gloriosas distinciones.
Lina Jaime y Manuela Restrepo fueron elegidas jugadoras del año en la división universitaria de Estados Unidos, mientras en el cono sur, Daniela Montoya junto a Daniela Arias resultaron elegidas en el mejor once de la reciente Libertadores femenina, celebrada en tierras cafeteras que superó con creces, en cifra de asistencia, a la edición antecesora hecha en el año 2015.
Y por supuesto la sensación del momento, Linda Caicedo logró colarse en el top 10 de la gala del Balón de Oro y dejó atrás grandes nombres del panorama como María Pilar León, referente defensiva del Barcelona o Rachel Daly, goleadora de la liga inglesa.
La importancia de los procesos juveniles
Sandra Salamanca, la primera mujer nombrada asistente técnica en el apartado profesional colombiano, atestigua que se necesita de un “torneo equilibrado entendiendo que hay diferencias entre fútbol masculino y femenino que no podemos pretender igualar de un momento a otro, pero sí obtener una proporción medida en cuanto a contratos y estabilidad laboral”.
En este sentido, comunica lo fundamental de cambiar la mentalidad a la hora de formar a las futuras promesas y es preciso contar con una gran base para fortalecer el nivel.
Una de las voces más experimentadas al ser considerada un pilar fundamental en esta disciplina, Myriam Guerrero, sigue la tónica de Salamanca.
La primera capitana de la Selección Colombia explica lo fundamental de afianzar no solo la liga de clubes profesionales, sino también la estructuración de “un verdadero proyecto de selecciones departamentales donde se vean los procesos de rendimiento deportivo en todas las categorías”.
Nada más es el inicio de un gran recorrido para el fútbol femenino
Manuela Acosta, quien entregó el alma en canchas nacionales e internacionales, ha dejado su dedicación en su profesión al ser una de las creadoras de División Avanza, torneo que busca darle una continuidad competitiva a la mujer ante la falta de un segundo semestre profesional y mostrar a las posteriores generaciones.
Dicho campeonato junto a los espléndidos hechos ya narrados “empiezan a visibilizar un rol de la mujer no solo desde el amarillismo o de la estética del cuerpo, sino desde el empoderamiento femenino”.
Finalmente, este año pasará a ser una parte de ilustres hazañas, pues Colombia consagrará su avance en la tinta indeleble del tiempo al realizar una nueva liga femenil, participar en la Copa Oro, organizar el próximo Mundial sub-20 y soñar con portar la medalla de oro olímpica de París en el 2024.
Tales eventos buscarán mejorar lo ya conocido y se convertirán en míticos relatos que traerán consigo un sinfín de heroínas en busca de alimentar las ilusiones de todo infante que fantasee pertenecer a uno de los universos más bellos conocidos en la existencia misma.
