Si hay un futbolista a quien darle un capitulo aparte, en lo que fue el aguerrido partido entre Colombia y Uruguay, donde la tricolor consiguió su clasificación a la final de la Copa América es Johan Mojica. Nadie dijo que sería fácil, pero que el sueño de todo un país era latente, no solo para el plantel de jugadores, sino para los millones de aficionados que mueve la Selección.
El picante en la cancha traspasó toda barrera, pues el camino se complicó con la salida de Daniel Muñoz. Cada uno de los 10 jugadores que quedaron en cancha sabían que doblar esfuerzos era vital, para llegar al pitazo final con el boleto a la disputa de la Copa América contra Argentina.
Así lo entendió Johan Mojica, quien entre las críticas antes de la Copa América se sobrepuso, sirviendo como un vehículo de motivación y disciplina, con tal de asegurarse un lugar en la lista de los elegidos por Néstor Lorenzo.
Johan Mojica, inamovible en la Copa América para la Selección Colombia
El lateral izquierdo fue suplente en el choque contra Brasil, en la tercera jornada de la fase de grupos de la Copa América. Solo estuvo por fuera 45 minutos y aprovechó esto para ratificarse como el inicialista en el esquema de Néstor Lorenzo.
Unión de 10 en cancha, por el sueño de millones
Johan Mojica entendió el mensaje en el primer y segundo tiempo, no le permitió el paso en su momento a Pellistri, ubicado por su sector para atacarlo. La expulsión de Daniel Muñoz desacomodó todo para los de Néstor Lorenzo y cada uno lo captó, defender y correr cada pelota.
No hubo una acción que no diera por perdida por la banda izquierda. Johan Mojica estaba en todas las jugadas. Marcelo Bielsa le mandó a Olivera, junto con De Arrascaeta para atacarlo constantemente. Defendió como un león, no permitió el paso de los rivales y los contuvo.
Encima de ellos en cada pelota, si se devolvían, los perseguía hasta que salieran de su zona de referencia. Relevo perfecto con Carlos Cuesta con el ingreso de Yerry Mina, cubriendo y cerrando los espacios.
El trabajo de Johan Mojica fue silencioso pero satisfactorio para Néstor Lorenzo, cerrando el sector izquierdo y corriendo hasta el minuto 97. El cansancio pasó a un segundo plano y el deseo de la final estuvo por encima.