La noche del domingo en el Pascual Guerrero se teñía de un aire de expectativa y emoción. Colombia entera había volcado su esperanza en las jóvenes de la Selección Femenina Sub-20, un equipo que, con coraje y buen fútbol, había conseguido emocionarnos en el Mundial que se disputaba en nuestro país. Pero el desenlace fue más amargo de lo que se esperaba.
El partido contra Países Bajos, que en principio parecía inclinarse a favor de las nuestras, terminó en un empate en los minutos finales y llevó el juego a esa temida instancia de los penales, una lotería que, para muchos, es un cruel destino para cualquier equipo que lo deja todo en el campo.
El dolor de una eliminación: la verdad sobre por qué Linda Caicedo no pateó en la tanda de penales
En medio de ese silencio cargado de nerviosismo, mientras cada penal se cobraba, los ojos de los colombianos estaban puestos en Linda Caicedo, la capitana, la estrella, esa joven que tantas alegrías nos ha dado en cada pase, en cada jugada, en cada gol. Pero cuando llegó el turno de los penales, su ausencia fue evidente. Las críticas no tardaron en aparecer. “¿Por qué no pateó Linda?”, se preguntaban los aficionados desde las gradas y las redes sociales. Era difícil entender por qué la jugadora que había sido decisiva durante todo el torneo no asumió el reto en ese momento crucial.
La respuesta a esa pregunta llegó de la mano de Juana Ortegón, compañera de Linda en la selección. Con la voz aún cargada de la decepción por la eliminación, explicó en una entrevista lo que realmente sucedió: "El profe tenía una lista y lo decidimos así. María José iba a patear cuarta y Linda iba a patear quinta", relató Ortegón. La estrategia había sido clara, pero el destino no permitió que Caicedo tuviera la oportunidad de cobrar su penal. Los fallos de las primeras jugadoras colombianas impidieron que el turno de Linda llegara, dejando a los aficionados con una sensación de vacío y frustración.
Las palabras de Ortegón buscaron calmar las aguas y desviar las críticas que se habían lanzado sobre la estrella del Real Madrid. “Esto fue una decisión de equipo”, subrayó. A veces, las decisiones que se toman en el fragor del juego no salen como se espera, pero eso no desmerece el esfuerzo y la entrega que todo el grupo mostró a lo largo del torneo.
La derrota fue un golpe duro, y el sueño de alzar el título en casa se esfumó en un instante. Pero Ortegón, consciente de lo que este grupo ha significado para el fútbol femenino en Colombia, pidió a la afición no abandonar a las jugadoras. "No quiero que la gente vea esto como un fracaso", señaló. "Queríamos ganar, y este es uno de esos partidos en los que se pierde con las botas puestas".
Esas palabras resonaron con fuerza. Más allá del resultado, lo que estas jóvenes futbolistas lograron fue inspirar a toda una generación. En un país donde la liga femenina sigue buscando consolidarse, este equipo demostró que con esfuerzo y dedicación, se puede soñar en grande. La eliminación fue dolorosa, sí, pero también dejó una huella profunda en los corazones de quienes las siguieron partido tras partido.
La eliminación ante Países Bajos fue un momento amargo, pero lo que estas jugadoras han conseguido va mucho más allá de ese resultado
Linda Caicedo no ha emitido declaraciones oficiales sobre lo ocurrido. En sus redes sociales, apenas publicó una imagen vestida con la camiseta de la selección, acompañada de un corazón y unos puntos suspensivos. Quizás esas pausas en el mensaje reflejan lo que ella siente: el dolor de la derrota, pero también el orgullo de haberlo dado todo por su país. No siempre se puede ganar, pero su liderazgo, su entrega y su talento seguirán siendo un faro para el futuro del fútbol femenino en Colombia.
La eliminación ante Países Bajos fue un momento amargo, pero lo que estas jugadoras han conseguido va mucho más allá de ese resultado. Han puesto en alto el nombre de Colombia y han demostrado que, aunque el fútbol puede ser cruel, siempre habrá otra oportunidad para brillar. Y cuando llegue ese momento, sin duda, Linda Caicedo estará ahí, lista para dejar huella una vez más.
